Megadeth - Super Collider



Megadeth es una de las bandas fundamentales del metal del último cuarto de siglo, pero su carrera estuvo siempre plagada de complicaciones. Desde el principio, Dave Mustaine se mantuvo a la sombra de Metallica, conjunto del que fue expulsado muy tempranamente. Durante la década de los ’90, cuando el mapa musical se reconfiguró, Mustaine atravesó años de obsesión con el éxito, traicionando todos sus principios metaleros en la búsqueda del ‘hit perfecto’. Y en la década posterior, la banda atravesó su trance más duro cuando una complicada lesión casi aleja permanentemente a Mustaine de la guitarra. En el medio, mil y un cambios de formación, aparejados a decepciones comerciales y musicales que parecían no tener fin.
Pero navegar siempre en la tormenta curtió la piel de Mustaine y templó su paciencia. Hoy, treinta años después de su formación, y a más de dos décadas de su mejor momento musical, Megadeth se encuentra otra vez en estado de gracia. La banda, esquizoide por excelencia, siempre tironeada por las exigencias metaleras de sus fans y las obsesiones pop de su líder, finalmente logra conjugar ambas vertientes exitosamente, como en la seguidilla “Countdown to extinction” (1992), “Youthanasia” (1994) y “Cryptic writings” (1997).
Las letras de Mustaine hablan de lo mismo de siempre (locura, depresión y la política vista desde la ciencia ficción paranoica), pero musicalmente la banda presume de oficio y versatilidad. Con una de las formaciones más estables de los últimos años, que incluye al emblemático Dave Ellefson en bajo, Chris Broderick en guitarras y Shawn Drover en batería, Megadeth maneja mucho más que los registros del thrash metal que ayudó a definir a principios de los ’80. En varios temas, la banda baja la velocidad y toma un paso casi de hard rock, como en “Burn!”, el cover de Thin Lizzy “Cold sweat” y en el estribillo de “Don’t turn your back”, uno de los más memorables del disco. En esos momentos (y, sobre todo, en la súper metalera “Built for war”) la banda suena entregada a la canción y disfruta.
El metal puede ser un género severo y exigente, pero -desde siempre- en lo mejor de Megadeth apareció más como un medio para plasmar los hits infalibles que le comían la mente a Mustaine, que como un fin en sí mismo. A esta altura, el cantante tiene todo a su favor: el talento, la experiencia, y una banda con mucho rodaje. Por eso “Super collider” suena infalible, incluso cuando muestra los achaques de esa máquina indestructible que Megadeth tuvo que aprender a ser para sobrevivir.

Originalmente publicado en Revista Mock.

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