Queens Of The Stone Age - ... Like Clockwork

En mayo de este año, el Barcelona, considerado el mejor equipo de fútbol de la historia –por su calidad técnica, por su estilo de juego y por los resultados obtenidos desde hace más de un lustro–, se quedó afuera de la Champions League tras recibir tres goles en su propia cancha. Era el partido de vuelta de la serie y, en total, el equipo catalán se anotó un saldo de siete goles en contra y cero a favor. Lionel Messi, el mejor jugador que alguna vez haya pisado una cancha de fútbol, vio a su equipo despedirse de la gloria desde el banco de suplentes, rengo a causa de una lesión e incapaz de torcer la historia. 
Después de una difícil operación de rodilla, con complicaciones que se extendieron a lo largo de cuatro meses, Josh Homme empezó el largo camino de la recuperación física y, también, espiritual. Porque no sólo se desmejoró su cuerpo: la intervención melló profundamente su psiquis, y el líder de los Queens Of The Stone Age se vio hundido en la depresión. Y la frutilla del postre: el baterista de su banda, Joey Castillo, le dejó la renuncia en el escritorio. En ese contexto, se gestó “…Like clockwork”, el primer disco del grupo en seis años, el sucesor de “Era vulgaris” (2007).
Como Messi en el Barcelona, Homme se rodeó de rutilantes estrellas (Dave Grohl, Nick Oliveri, Mark Lanegan, Alex Turner, Trent Reznor y Elton John, entre otros), y se encerró con su banda en el estudio para grabar. Apenas un mes después de la derrota de los catalanes en su propia cancha, “…Like clockwork” salió a la luz desde las sombras que lo engendraron. El resultado es parecido al de la semifinal de la Champions: con su mejor jugador fuera de forma, los Queens perdieron. Y perdieron por las mismas razones que el Barcelona: faltó desequilibrio, agresividad, riesgo y gol. “…Like clockwork” es predecible y, si bien no le falta calidad, el único déficit lo tiene justo donde más importa: en los resultados.
El primer corte del disco fue “My god is the sun”, que fue adelantado en el recital que la banda dio en abril en Buenos Aires. Un tema más ligado a los lugares comunes del prog y el heavy metal que a las deformaciones de esos mismos géneros con que los Queens Of The Stone Age se hicieron notar desde su debut. El single resume bien la propuesta chata del disco, que apenas se sale de ese esquema en canciones como “If I had a tail” y “Smooth sailing”. Canciones que casi melancólicamente ofrecen una pista del disco que “…Like clockwork” podría haber sido, si acaso la banda estuviera en un momento más vital.
Tal vez por esa falta de vitalidad, y contra lo que uno esperaría de los Queens, el tema que más destaca es el último, el que le da nombre al disco: una balada de piano frágil, en donde los miedos y las debilidades de Homme pasan al frente, en vez de esconderse atrás de bases de guitarra y batería demasiado trilladas, demasiado conocidas por las defensas rivales, con prácticamente ninguna posibilidad de transformar la habilidad en sorpresa y la calidad en triunfo. Algún día, más pronto que tarde, tanto Messi como Josh Homme volverán a triunfar gracias a su talento. Mientras tanto, la final la juegan los demás y a ellos les resta, como al resto de los mortales, mirarla por TV.

Publicado originalmente en Revista Mock.

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